Hoy fui al supermercado a comprar algunas cosas que me hacían falta... los pasillos estaban llenos de gente que iba y venía, niños con juguetes en las manos, carritos llenos de comida, notas musicales como música del fondo y yo apresurada por encontrar el shampoo y la crema para mi cabello que me hacía falta para poder salir corriendo de aquel lugar que me alteraba... Me tardé como 15 minutos en la fila, debo confesar que se me hicieron eternos.
Mientras esperaba mi turno escuché unas vocesitas desafinadas que cantaban villancicos, empecé a buscar el origen de aquellas cancioncitas y los dueños de las voces estaban ahí, justo enfrente de mi.
En particular, un niño de unos 7 u 8 ocho años llamó mi atención y no pude evitar observarlo... tenía una sonrisa espectacular, parecía que nada en el mundo era más importante que cantar y bailar aquellas cancioncitas, se movía, se reía, jugaba con una niñita que estaba a su lado, agarraba la tinita en dónde estaban juntando dinero...
Como era de esperarse, mi corazón de pollo se apachurró y mi buenas intenciones aparecieron, me acerqué a dónde estaba aquel pequeñito y saqué dinero para meterlo en su urna... con una sonrisa aún más grande de la que ya tenía, me volteo a ver, su labios se abrieron y me dijo... Que Dios le de más... Feliz Navidad! -Feliz Navidad! le dije... intentando corresponder con una sonrisa igual de franca.
Me di la media vuelta y no pude evitar que algunas lagrimitas rodaran por mis mejillas... mi corazón se partió pero también recobró fuerza, la actitud de aquel niñito, me hizo recordar lo afortunada que soy... y que tengo tanto que agradecer!
Creo que sería un abuso si le pido a Dios que me de más...
Empezé mi maestría
A veces pienso que no soy buena estudiante, a veces me gustaría entregarme un poco más a las tareas, a los trabajos, a los problemas matemáticos, a los emails que tengo que enviar en días determinados a horas determinadas y que muchas veces termino haciendo con cero ganas y al ay se va, pero a veces eso me resulta realmente agotador… casi imposible.
Podría decir muchas cosas de mis maravillosas manos. Han estado conmigo desde hace 24 años. Son delgadas y cortas, cada una tiene 5 dedos flacos y chuecos víctimas de diversas fracturas causadas por deportes extremos jaja. La izquierda tiene una cicatriz que parece mordida de víbora, cuándo me dicen: -qué te pasó? yo siempre digo que me mordió una vívora... -en serio? -claro que no! respondo. Gracias a mis manos he podido recordar mi vida con muchos detalles, ellas me ayudan a escribir mi diario desde muchos años atrás. También estuvieron conmigo cuando hice sonar las cuerdas de guitarra por primera vez y para siempre. Una vez se me dislocó un hombro y mi manita izquierda (otra vez) fue la víctima... el brazo entero estuvo inmovilizado por varios días. Mis manos me han ayudado a hacer manualidades para que mi mamá tuviera regalos lindos todos los 10 de mayo desde 1989... en el colegio hice cuadros, múltiples tejidos, casitas de cerámica pintadas por mi, bufandas, pantuflas y demás cosas, muchas inservibles, muchas guardadas como un tesoro por mi mamá y la mayoría, con el proceso olvidado por las autoras intelectuales, o sea, mis manos. Me gustan mis manos, me gusta la sensación que tengo cuando acaricio a Julieta. Mis manos me ayudan cuando quiero escribir cartas de amor, ellas se encargan de plasmar mediante un papel y pluma lo que nunca sé cómo decirle a Carlos. Ahora que lo pienso, ellas fueron cómplices en nuestra relación, cuando nos mandábamos mails muy profesionales, que poco a poco, fueron adentrándonos a uno en la vida del otro. Lo mejor que puedo sentir con mis manos son las manos de Carlos entrelazadas con las mías... o mejor aún, cuando puedo recorrer su piel! Hay tantas cosas que podría decir de mis manos! y Hay tantas cosas que podría hacer con mis manos! En fin, yo sólo quería decir que tengo frío y que mis manos están a punto de congelación... alguien que las ayude?
