lunes, 21 de diciembre de 2009

Qué Dios le de más...

Hoy fui al supermercado a comprar algunas cosas que me hacían falta... los pasillos estaban llenos de gente que iba y venía, niños con juguetes en las manos, carritos llenos de comida, notas musicales como música del fondo y yo apresurada por encontrar el shampoo y la crema para mi cabello que me hacía falta para poder salir corriendo de aquel lugar que me alteraba... Me tardé como 15 minutos en la fila, debo confesar que se me hicieron eternos.

Mientras esperaba mi turno escuché unas vocesitas desafinadas que cantaban villancicos, empecé a buscar el origen de aquellas cancioncitas y los dueños de las voces estaban ahí, justo enfrente de mi.

En particular, un niño de unos 7 u 8 ocho años llamó mi atención y no pude evitar observarlo... tenía una sonrisa espectacular, parecía que nada en el mundo era más importante que cantar y bailar aquellas cancioncitas, se movía, se reía, jugaba con una niñita que estaba a su lado, agarraba la tinita en dónde estaban juntando dinero...

Como era de esperarse, mi corazón de pollo se apachurró y mi buenas intenciones aparecieron, me acerqué a dónde estaba aquel pequeñito y saqué dinero para meterlo en su urna... con una sonrisa aún más grande de la que ya tenía, me volteo a ver, su labios se abrieron y me dijo... Que Dios le de más... Feliz Navidad! -Feliz Navidad! le dije... intentando corresponder con una sonrisa igual de franca.

Me di la media vuelta y no pude evitar que algunas lagrimitas rodaran por mis mejillas... mi corazón se partió pero también recobró fuerza, la actitud de aquel niñito, me hizo recordar lo afortunada que soy... y que tengo tanto que agradecer!

Creo que sería un abuso si le pido a Dios que me de más...

1 comentario:

La Chocorrola dijo...

Definitivamente, mi temporada favorita es la navideña.
Los regalos, las luces, la decoración, la familia y el espíritu de generosidad.

a mi también me dieron reteharta ternurita esos niños, y al igual que tú, doy gracias a Dios por todo lo que me da...

=)